"Las aventuras de Carlos Orugo"

La serie está dirigida a niños de hasta 10 años. Por medio de historias entretenidas, se les ayuda a entender la importancia de tener un sistema coherente de valores. Estos divertidos episodios
están pensados para apoyar a los padres de familia y a los educadores en su labor de formar a los niños e inculcarles valores sanos.


Tratan de situaciones que afrontan los niños en su día a día, representando emociones de modo realista y de forma las entiendan y se puedan identificar.
Cada episodio trata de un concepto complejo como la importancia de ser responsables o sinceros, definiendo el concepto central e ilustrando claramente las consecuencias que pueden resultar de no interiorizar y practicar esos valores en la vida diaria.
Junto a Carlos Orugo, aparece una serie de simpáticos personajes. Todos son insectos u otros animales invertebrados. Entre ellos está el amable Tío Pedro, consejero de confianza para Carlos. En su aldea de Mogán en las Islas Canarias, Carlos se relaciona con personas muy variadas como cualquier niño: sus padres, su maestra, los funcionarios y otras personas del pueblo.
Los niños se reirán con las divertidas situaciones en que se ve Carlos mientras aprende de sus errores y con la ayuda de sus padres, la maestra, la gente del pueblo y Tío Pedro. Así, nuestro héroe va formándose mientras aprende a tomar decisiones morales acertadas.

Para los padres y educadores
Kid House Entertainment presenta “Las aventuras de Carlos Orugo” para ayudar a los padres y educadores que quieren inculcar sanos valores.
A los niños les gustan “Las aventuras de Carlos Orugo” porque las historias se cuentan desde la perspectiva de ellos. En cada episodio, Carlos se encontrará en un aprieto, en situaciones que van de lo divertido a lo absurdo, pero siempre saca una buena enseñanza. De esa forma, descubre las malas consecuencias de acciones negativas como contar chismes, burlarse o mentir, y termina apreciando las ventajas de cultivar virtudes como ser responsable, perseverante y valiente. Los pequeñines aprecian la autenticidad de los personajes en “Las aventuras de Carlos Orugo”, porque los bichos expresan emociones sinceras y encaran situaciones que los niños encuentran en su propia vida.
Esta forma de contar cuentos los ayuda a formarse de una forma entretenida.